El tracking es un término habitual del marketing online, que en español significa “seguimiento”, y que hace referencia tanto al registro como al análisis de cómo se comporta un usuario en Internet.
Por tanto, este concepto se utiliza especialmente para medir el comportamiento de los usuarios en Internet, así como para detectar posibles cambios a lo largo del tiempo. Cualquier movimiento que realice un usuario en una web puede rastrearse a través de elementos como los encabezados HTTP, Javascript o las cookies.
De esta forma, se puede saber desde dónde accede un usuario a la web, cuánto tiempo permanece en ella, cuáles son las páginas que más visita, etc. Además, se pueden acceder a todos los datos registrados mediante una serie de herramientas de seguimiento.
¿Para qué sirve el tracking?
Al permitir monitorizar los movimientos de un usuario dentro de una web, el tracking o seguimiento resulta muy eficaz para detectar oportunidades de mejora, realizar una mejor toma de decisiones y establecer nuevas estrategias.
Asimismo, nos permite realizar comparaciones entre los movimientos de distintos dominios, así como conocer qué campañas son las que generan un mayor volumen de ventas, o verificar si los recursos utilizados están generando un buen retorno de la inversión.
Entre las diferentes opciones de tracking, puedes analizar el comportamiento de los usuarios utilizando el mouse tracking o el eye tracking, entre otras herramientas.
Ventajas del tracking
Con el paso de los años, el tracking se ha situado como una herramienta muy útil para obtener el éxito en una campaña de marketing online. La clave está en que con los datos obtenidos a través de este análisis, es más fácil conseguir que una web sea más usable e intuitiva para el usuario, así como reducir las cancelaciones de visitas, aumentar el tiempo que un usuario pasa dentro de la web, etc.
Herramientas de tracking
En la actualidad hay multitud de herramientas de tracking diferentes para elegir, tanto gratuitas como de pago.
La más popular es Google Analytics, que permite que aquellos operadores que tienen diferentes dominios puedan analizar el comportamiento del usuario entre cada dominio. Además, tanto Google Analytics como otras herramientas usan cookies para el seguimiento, que únicamente permiten leer información entre el operador de un sitio web y el usuario.
Asimismo, Google también dispone de Google Tag Manager, una herramienta de tracking destinada a la gestión de etiquetas.
Ejemplos de tracking
Para entenderlo lo mejor es imaginarnos uno de los múltiples ejemplos de tracking que existen. Imaginamos que lanzamos una campaña de promoción de un nuevo producto con el objetivo de generar expectativa. Para ello, realizamos diferentes publicaciones a través de las redes sociales para captar la atención del público y conseguir que lleguen a nuestra web.
Hecho esto, las diferentes herramientas de tracking disponibles nos permiten saber a través de qué red social llega cada usuario, y conocer la procedencia de las visitas. Después, podemos además analizar todos los datos obtenidos, mediante herramientas como Google Analytics, entre otras.
